
Las fotos de algunos fotográfos son preciosas, pero reconozco que prefiero las de las sumis auténticas, las que tienen un cuerpo normal, de esos que se ven por la calle, que sabes que existen y te puedes ver reflejada.
Antes de que nadie proteste o se sienta ofendido, aclaro que auténticas somos todas, las que tienen un cuerpazo y las que... nos pasamos. Nosotras somos auténticas, las de las fotos no lo parecen.
Buceando por la red, buscando otras cosas, he encontrado estas de sumisas, orondas o no, pero reales.
Las fotografías son de Alain Deljarrie, menos la primera de la que desconozco el autor.




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