Imagen de Trebor Brown
Las
conversaciones con el Amo, en vivo o como y donde sean, siempre son de lo más interesantes. A veces van de risas y bromas, a veces van de
la sumi pregunta y el amo se ve en la obligación de contestar, a veces van del amo pregunta y la
sumi tiembla, a veces van en serio y a veces van muy en serio
disfrazadas de risas y carcajadas o simplemente de nada.
Después de la primera
sesi-seria, nos fuimos a comer y hablar, a las tantas, eso sí. Hablamos durante mucho tiempo. Tonto seria decir que le conocí mejor y cierto que entre el
globo que llevaba después de la sesión, la felicidad y el calor me maravilla que mi Amo no piense que tiene una sumisa
borderline o
directamente anormal... quiero creer que nos pasa a todas igual.
De lo mucho que hablamos, me quedo con ese momento en que me explicó que para él, que tiene muy poco tiempo para estar solo y menos para disfrutarlo, esto representa y es su espacio.
Ese espacio vital y coto privado, que todos necesitamos para pararnos, relajarnos,
conocernos mejor y valorar para poder disfrutar realmente de y lo que tenemos.
Ese espacio que marca la frontera y los límites con los demás y que nos pertenece a nosotros
únicamente. A nosotros y a quien decidamos digno de compartirlo.
Por eso me honra y me gusta ser parte de ese espacio. Por eso siento que formo parte de su ser más auténtico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si has tenido la paciencia de leerme tienes todo el derecho a opinar. Adelante y gracias!!!