De la oscuridad a la luz... De la noche a la mañana.

Mi vida anterior ya no cuenta, era gris y vacía, pero milagrosamente apareció un hombre, Mi Cuadrador de Círculos, Mi dueño y de la noche a la mañana todo, toda mi vida cambió.
Por siempre, sor de MrQ

domingo, 20 de septiembre de 2009

Microrrelatos de MrQ, 5 - Las dos caras de la misma moneda -

LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

Él estaba sentado en el bar tomando un café, miraba el reloj pero sin desespero ni nervios, ella llegaba tarde, como siempre.

Esta vez era diferente, ya le había avisado que no quería retrasos. Iba contando los minutos, cada minuto sería un azote o una pinza o algo que a ella le molestara o le doliera para que aprendiera a ser puntual.

Ella llegó corriendo e intentando dar una excusa, a lo que su Amo casi sin escucharle le replicó -No hay excusas preciosa, si quieres un café pídelo que nos vamos.

Ella tomó el café tranquilamente mientras conversaban, cuando ella se levantó y casi salían por la puerta Él le dijo, -Recuerda este número, el 17, son los minutos que has llegado tarde y será el que protagonice la sesión-.

Se acercaron a la casa donde solían quedar, les abrió la puerta la misma sonriente mujer de siempre y los acompañó a su habitación, la mujer se despidió sin perder la sonrisa y cerró la puerta. Ya estaban solos y en sesión

La miró, poco a poco y le acarició suavemente los pechos, le pidió que se desnudara mientras él sacaba de una bolsa de deporte todos los juguetes que habían llevado: pinzas, velas, una fusta, una cola de gato y alguna sorpresita más.

Él se giró, ella ya estaba completamente desnuda y esperándolo. Se acercó y acarició su cuerpo lentamente, disfrutando cada centímetro suavemente, le dijo al oído que le quitara el cinturón.

Ella lo quitó de sus pantalones y lo puso despacito en las manos de su Amo mientras Él ya había sacado la polla por la bragueta del pantalón, -Metetela en la boca y chupámela, cómo la saques de tu boca o me hagas daño será peor-.

Mientras empezó a golpear con la correa la espalda de su esclava y A contar, 1, 2, 3, 4... así hasta 17 uno por cada minuto que ella llegó tarde, su espalda estaba roja pero ella seguía concentrada en no hacer daño a su Amo al sollozar en cada golpe.

Él la cogió fuertemente de los brazos y la puso de pie - ¿A que no llegaras más veces tarde, esclava? Ella lo miró diciendo -No Mi Amo, no lo haré más-.

-De acuerdo esclava, ponte otra vez de rodillas y acaba lo que has empezado- Ella se arrodilló y siguió chupando mientras su Amo disfrutaba de ver a su sumisa de rodillas a sus pies y pensaba que no sabia si su esclava llegaba tarde sin querer o para ser castigada. Y ella, afanada en complacerle, no sabia si a su Amo le gustaba que llegara tarde para castigarla o realmente le fastidiaba esperarla.

Las dos caras de la misma moneda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si has tenido la paciencia de leerme tienes todo el derecho a opinar. Adelante y gracias!!!