Microrrelatos de MrQ, 4 - CAM -

- CAM -

A su esclava no le gusta la webcam.
Él le daba ordenes, ella intentaba no cumplirlas, malas experiencias hacían que no se sintiera cómoda.
Él le ordenó que se desnudara y se colocara de rodillas en la silla.
Ella antes de hacerlo apagó la luz, esa broma la había repetido muchas veces.

Cuando se acercó al ordenador una mano le tapó la boca apretándola fuertemente por detrás.
La persona que la sujetaba, le acerco la cara a la pantalla y en el messenger ponía: -Una esclava previsible merece un castigo duro. ¿Sabes que hay Internet para los portátiles, esclava?

Ella no entendía lo que pasaba hasta que la persona que la sujetaba le dijo -Esta vez pagarás la broma de la luz.

Su Amo se había colado en su casa, no le preocupaba cómo, le preocupaba el castigo.
El Amo la puso de rodillas, la miró, dio varias vueltas alrededor suyo explicándole que no le gustaban las disidentes.

Cogió la escoba de la cocina y utilizó el palo para atarle los brazos en cruz, buscó la fregona, también quitó el palo y con el ató sus piernas separadas, atando un tobillo a cada extremo.
-Ahora si que estás expuesta zorra -le dijo el amo, -esto es enseñarlo todo y no sólo las tetas a una cam.
La puso de pie, empezó a acariciarla y se sacó el cinturón, -¿sabes contar esclava? -le dijo.
Ella contesto que sí y le mandó contar los correazos , serian 20, por todo su cuerpo.

Después de darle dos paró y metió un consolador en el coño de su esclava, dejándolo dentro y sujetándolo con una cuerda, lo puso al máximo y siguió dándole con la correa. Ella sentía el dolor pero el consolador empezaba a hacer su trabajo y su cuerpo a temblar, sus piernas a fallar.

Después de los azotes, con el consolador consolando y los nervios ya a flor de piel empezó a perder el equilibrio. El Amo la sujetó mientras ella suplicaba que le quitara el consolador -No aguanto más Amo- gritaba la esclava -Pare, por favor, pare.

El amo la tiro en el sofá, le desató una mano y le dijo -Desátate y quítatelo tú- Ella se desató, se quitó el consolador y al levantar la vista su Amo no estaba.
Lo llamó, lo buscó por toda la casa y al mirar el ordenador vio que su Amo le escribía desde el messenger -Espero que así aprendas a obedecer. Siempre.

Desde entonces ella obedece menos aún. Es un trato no escrito pero, eso sí, muy placentero.
Desde entonces Él tiene una llave. Es peligroso trepar por las ventanas.