Recordando. Es imposible, Mi Amo.

Aunque habíamos quedado en eso, me es imposible no acordarme de Él, imposible no pensar en Él, imposible no añorarlo. Paso los días llenando las horas, disfrutando de su ausencia, añorando su regreso.

Imposible no recordar nuestras vacaciones particulares, nuestras particulares días, nuestras particulares noches. Eso ya lo tenemos, que nos quiten lo bailado.

Imposible no recordar que por veinte minutos fue capaz de venir y regalarme la más morbosa de las sesiones. Imposible no recordar aquella cena en aquel sitio tan especial. Imposible no recordar sus últimas sesiones buscando nuevos escenarios, nuevas experiencias y nuevas sensaciones, eliminando miedos y reticencias, haciendo que disfrutara tanto saltado límites.

Imposible no recordar, reconocerle y agradecerle lo feliz que me hace, lo feliz que me siento en las sesiones, lo afortunada que soy de poder disfrutarlas, de que sean en vivo y, sobretodo, de ser y sentirme suya.
Él cambió el curso de mi vida, el mayor regalo que jamás me podrán hacer. Lo que he vivido con Él, lo que me ha enseñado, lo que he aprendido, incluso lo que he recordado, todo ha sido para bien, no doy nada por malo o perdido.

Y por encima de todo, imposible no agradecer que sigamos manteniendo la ilusión. Esa que da alas, alegría, te mueve, te motiva, te renueva, te llena de entusiasmo y felicidad... y a mi me hace sentir tan viva.

Por todo eso y más, gracias, Mi Dueño.