Pensando en el año que hemos compartido, que he disfrutado con ÉL me cuesta reconocer a la que era antes. No exagero cuando digo que mi vida empezó a merecer ser vivida cuando él aparececió. Me ha dado tanto, tanta felicidad, tanta realización personal, tantas alegrías... y eso sin mejorarla. No la mejoró, simplemente me la cambió. Simplemente...
Entre los muchos regalos que me ha hecho desde luego el más pequeño no es haber activado mi vida sexual. Era un tema que tenia aparcado y que Él sacó a la luz y se trabajó, supo como encararlo y yo recogí la toalla que, hace tanto tiempo ya, había lanzado lo más lejos que pude... que tiempos aquellos en que podía estar años sin sexo.
Tanto placer... aprendiendo, dando, recibiendo, sintiendo, viviendo, deseando, gozando.
Es Él, es el Amo.
Sasup, Mi Dueño.